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Hoy, 17 de junio de 2024, conmemoramos el cuarto aniversario de la partida de Luis Ángel Pérez Marín, un hombre cuya ausencia sigue resonando profundamente en los corazones de todos aquellos que tuvimos el privilegio de conocerlo y compartir momentos a su lado. Su legado de amor, integridad y trabajo arduo permanece vivo en cada uno de nosotros.
Luis Ángel nació el 8 de mayo de 1938 en Pacora, Caldas, en el seno de una familia que le inculcó valores sólidos y una ética de trabajo que lo acompañaría toda su vida. Tras completar su bachillerato en la ciudad de Manizales, su espíritu aventurero y su deseo de superación lo llevaron a Bogotá, donde pasó una temporada antes de embarcarse en un viaje hacia los Estados Unidos a los 19 años. Este paso marcó el comienzo de una trayectoria llena de logros y sacrificios.
En los Estados Unidos, Luis Ángel demostró una admirable capacidad de adaptación y aprendizaje. Estudió inglés hasta dominarlo por completo y se especializó en mercadeo y ventas, campos en los que destacó significativamente. Su esfuerzo y dedicación lo llevaron a convertirse en el mejor vendedor de su empresa en Albany y Nueva York. Con perseverancia y visión, Luis Ángel se hizo desde cero, labrando un camino de éxito y reconocimiento en su profesión.
A pesar de sus logros en el extranjero, el amor por su tierra natal nunca disminuyó. Después de muchos años, decidió regresar a Colombia, donde fundó varias empresas, destacándose Impar Monofilamento, la Finca Cafetera Las Carolas y la Finca Hotel Las Carolas. Estas empresas no solo reflejan su capacidad empresarial, sino también su deseo de contribuir al desarrollo de su comunidad. Luis Ángel fue un líder inspirador, siempre dispuesto a compartir su conocimiento y experiencia con quienes lo rodeaban.
En su vida personal, Luis Ángel fue un esposo devoto y un padre amoroso. Se casó con Doña Melba Delgado de Pérez, con quien tuvo dos hijos, Ángela María y Luis Fernando, quienes han continuado con el legado familiar, demostrando los valores y enseñanzas que recibieron de su padre. Además, dejó a dos nietos, Samuel y Matías Garay Pérez, quienes llevan consigo el ejemplo de fortaleza y dedicación de su abuelo.
Luis Ángel no solo se destacó en el ámbito profesional y familiar, sino que también fue un apasionado del deporte, especialmente del fútbol y el ciclismo. Su amor por el fútbol lo llevó a asistir a cinco mundiales: Argentina 1978, España 1982, México 1986, Italia 1990 y Francia 1998. Además, disfrutaba de los emocionantes Tours de Francia, reflejando su entusiasmo por la vida y su espíritu aventurero.
Hoy, recordamos a Luis Ángel Pérez Marín con cariño y gratitud. Su vida fue un testimonio de trabajo arduo, integridad y amor por su familia. Aunque su partida nos sigue llenando de tristeza, nos reconforta saber que su legado perdura en los corazones de quienes lo conocimos y en las enseñanzas que dejó. Su memoria es una fuente de inspiración y un recordatorio constante de la importancia de vivir con propósito y dedicación.
En este cuarto aniversario de su partida, rendimos homenaje a su vida y celebramos su legado. Luis Ángel, siempre serás recordado con amor y respeto. Tu influencia sigue viva en cada uno de nosotros, y tu ejemplo nos guía día a día. Gracias por todo lo que hiciste y por el impacto positivo que tuviste en nuestras vidas. Tu presencia, aunque física no esté, sigue siendo una luz que nos ilumina y nos motiva a ser mejores cada día.
Hoy, al conmemorar tu cuarto aniversario, elevamos una oración por tu eterno descanso y expresamos nuestro profundo agradecimiento por haberte tenido en nuestras vidas. Que tu legado continúe inspirando a las generaciones futuras y que tu memoria permanezca viva en nuestros corazones para siempre.